jueves, 7 de abril de 2011

San Casimiro: tierra de cultores.


Este popular personaje nació en San Casimiro un 15 de mayo del año 1924. Sus padres fueron Basilia Corniels y Ramón Machado.
Su enorme fe en Dios lo llevó a curar valiéndose del poder de la oración, esto a partir de los treinta años, según él “la edad en la cual se tiene una real convicción en lo que se cree”.
Sus rezos lo hicieron convertirse en un personaje muy popular, sus ensalmos eran muy y siguen siendo considerados milagrosos y todo aquel que sufriera de una culebrilla, una hincada de raya, una picada de culebra o un mal de ojo en los niños, buscaba para que le rezara y así lograr la sanación. Cuando se propone rezar se coloca su sombrero en el pecho como muestra de total creencia y devoción en lo que hace.”Santiaguito” es también conocedor de muchas `plantas medicinales. “No todo el monte cura. Es unos de sus tantos dichos. pero hay matas que sirven pa remedio”. Así por ejemplo dice que el Corillo arregla el estómago; o La Cabalonga para igual remedio, o para la artritis y puede suministrar toda una receta para algunos males.
Es un insigne sancasimireño, gran luchador, vendedor de cachapas y  queso e mano, actividad de la cual surgió su popular frase: “¡Me voy...me voy a dil. Me queda una!”
Hoy “Santiaguito” es un hombre cansado por el transcurrir de los años. Que siempre va con su bolsito y su garrote. Usa una vestimenta sencilla y transcurre su día en la plaza Páez.
Cuando las personas lo saludan él, muy alegre, les responde .”Epa, Hijo”.

Tomado de la Revista “ESTAMPAS DE MI PUEBLO” .

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